Santiago de Compostela, 1921. Dos mujeres miran a la lente de una cámara mientras sonríen tímidamente. Son dos aguaderas que portan sobre sus cabezas su respectivo recipiente lleno de agua. Hoy, las mujeres fotografiadas un siglo atrás en el transcurso de sus ocupaciones rutinarias nos transportan a un tiempo pasado que nos provoca extrañeza a la vez que despierta nuestra curiosidad.

Muy cerca, en plena Praza das Praterías, el fotógrafo alemán Otto Wunderlich retrata a unas mujeres reunidas alrededor de la fuente de los Caballos, esperando para llenar sus baldes. Fuentes, riachuelos y más tarde también lavaderos constituyeron, desde finales del XIX hasta mediados del siglo pasado, importantes lugares de encuentro en aldeas y ciudades. Espacios de reunión en los que conversar y compartir sin reservas ideas y pareceres inadmisibles en otros contextos.

Otra imagen incluida en la muestra «El Camino Portugués. Recuerdos de mar y piedra», nos muestra a una docena de lavanderas arrodilladas al lado de un riachuelo con la majestuosa Catedral de Compostela al fondo. Así, la mirada femenina tiñe por completo estos retratos, en los que se materializa un legado cultural que les pertenece solo a ellas.

Localizaciones casi irreconocibles y actividades en otro tiempo habituales pero que ahora nos resultan completamente ajenas llegan hasta nuestros días en forma de instantáneas para revitalizar la memoria y aproximarnos al patrimonio cultural y etnográfico de los diferentes lugares por los que transcurre el Camino Portugués.

Estas y otras escenas inmortalizadas y grabadas en papel fotográfico son atesoradas en los archivos y centros culturales para volver a ser motivo de inspiración en proyectos expositivos como «El Camino Portugués. Recuerdos de mar y piedra». Desde Porto hasta Compostela, esta selección de imágenes históricas y contemporáneas tomadas por grandes figuras de la fotografía documental traza un recorrido por la historia, el patrimonio y la memoria con la ruta xacobea como punto de encuentro.